Introducción

Estas páginas contienen una gramática básica sobre lengua de signos catalana (LSC). En ellas se representan algunos de los aspectos más importantes de dicha gramática. Por sus características, y por el hecho de tratarse de la primera descripción gramatical de esta lengua, no pretende ser exhaustiva. Esperamos que el esfuerzo realizado para elaborar este material sirva de punto de partida para otras investigaciones parciales sobre aspectos específicos de la gramática de la LSC.

Este material está dirigido, en primer lugar, a los propios signantes de LSC que estén interesados ​​en conocer las propiedades gramaticales básicas de su lengua. Por ello será útil a los alumnos sordos de los niveles de primaria y secundaria, así como a los profesores de LSC, a quienes puede servir como material de apoyo para la preparación de las clases de enseñanza de esta lengua. Naturalmente, esta gramática también será de interés para toda persona que quiera adquirir conocimientos esenciales sobre la estructura de la LSC, ya sea con fines profesionales como la interpretación o la investigación, ya sea por puro afán de conocimiento. Por todo ello hemos intentado hacer la descripción gramatical utilizando las mínimas nociones técnicas posibles.

Estas páginas se presentan principalmente en lengua de signos catalana, traducida a varias lenguas orales como son el catalán, el castellano y el inglés, y está organizado a partir de los diferentes temas que podemos ver en el índice superior. Dichos temas presentan una explicación teórica que siempre se ilustra con diferentes ejemplos. Cada tema, a la vez, está dividido en subapartados donde se tratan diversos aspectos más específicos de dicho tema general, con los ejemplos correspondientes.

Como los temas gramaticales no son compartimentos estancos, en más de una ocasión desde un tema se hará referencia a otro tema porque existe una relación en algún punto. Esto se realizará a través de un hipervínculo en el texto escrito y se marcará con una línea de subrayado. Además, encontraréis que algunos de los términos aparecen marcados en negrita. Esto quiere decir que dichas palabras aparecen en el glosario de la gramática. Cuando cliquéis encima del término se os abrirá una ventana con el signo. De modo alternativo, también se pueden ver todos los signos contenidos en el glosario clicando en el icono correspondiente de la pantalla.

Puesto que el uso de las glosas implica un conocimiento previo de las convenciones utilizadas en el estudio de la LSC, hemos recorrido exclusivamente a la traducción oral que en algunos casos es aproximada y es una posible traducción. Dicha traducción no corresponde a la glosa, sino al signo en aquella oración en particular.

Para utilizar este material, la pantalla de trabajo se organiza de la siguiente manera: en la parte superior encontramos un menú con los diferentes temas en los que se divide esta gramática. Al clicar sobre uno de ellos, accederemos directamente a la primera página del tema en cuestión. En el margen izquierdo de la pantalla, encontramos el índice del tema al que hemos accedido. Como cada tema se divide en subapartados, podemos acceder directamente a cualquiera de ellos, clicando encima.

La lengua de signos

La lengua objeto de estudio en este material es la lengua de signos catalana, que es la lengua de signos utilizada por la población de personas sordas signantes de Cataluña. A pesar de la creencia general más extendida, la lengua de signos no es una, única y universal, utilizada por todas las personas sordas del mundo, sino que existen una multitud de lenguas de signos que han seguido sus propios procesos históricos de evolución, dando lugar a lenguas distintas, como la LSC, la LSE, la BSL, la ASL, la LSF, etc., y a diferentes variedades dialectales de las mismas.

Las lenguas de signos y las lenguas orales presentan muchos elementos comunes, porque ambos tipos son lenguas naturales de los seres humanos, pero también existen otros elementos que las diferencian y éstos derivan de la modalidad en que las lenguas se articulan y se perciben.

Entre los elementos compartidos destaca el hecho de que ambos tipos de lenguas presentan una organización estructural comparable, si las analizamos con suficiente detalle. Ambas usan el mismo tipo de unidades gramaticales. Por un lado, la lengua oral presenta los fonemas y la lengua de signos, los componentes básicos de los signos. La primera está formada de palabras y la segunda, de signos. Además ambas lenguas están dotadas de oraciones que forman el discurso. Esta visión desencaja, pues, con las ideas generalizadas de que la lengua de signos es parecida al mimo o de que es una simple traducción de la lengua oral a un sistema de gestos. Precisamente, el contenido de estas páginas se organiza en torno a estos niveles de análisis de la lengua que hemos mencionado.

Además, todas las lenguas naturales son usadas por personas con el objetivo de satisfacer las necesidades comunicativas y expresivas de una comunidad concreta. En este sentido, por tanto, se puede decir que ambas tienen la misma importancia y ninguna resulta «mejor» que la otra. Consideraciones de este tipo tienen que ver a menudo con situaciones de opresión social o política.

Lengua de signos y lengua oral

Uno de los puntos en que la lengua de signos y la lengua oral se diferencian es en la amplitud de uso de determinadas categorías gramaticales. Por ejemplo, en lengua de signos las formas para indicar relaciones espaciales o de movimiento son mucho más ricas que en la lengua oral, o el uso del espacio con verbos de concordancia es central. Pero estas diferencias son las que aparecen siempre que se comparan dos lenguas, sean las que sean, y más cuando las lenguas comparadas pertenecen a modalidades diferentes. Detengámonos en esto.

Quizás la diferencia más clara entre la lengua de signos y la lengua oral está en sus canales de producción y percepción, lo que conocemos como modalidad. La lengua oral se percibe por el oído y, en cambio, la lengua de signos por la vista. La primera se produce con la voz, y la segunda con las extremidades superiores, la cabeza, la cara y el tronco. Las lenguas de signos se sitúan, pues, en la modalidad visogestual, mientras que las lenguas orales lo hacen en la modalidad auditivovocal.

Decimos que el modo de producción de la lengua de signos es fundamentalmente a través de las extremidades superiores porque, como ya veremos en el primer tema, existen otros componentes de los signos que no se articulan precisamente con las manos y que cumplen un papel básico como partes del mismo.

Esta diferencia de la que acabamos de hablar no muestra más que una diferente modalidad entre ambas lenguas, lo que lleva a lógicas diferencias en la expresión de las mismas. Por ejemplo, la lengua de signos hace un uso del espacio que permite situar objetos o personas, y es una característica propia de la lengua de signos que en lengua oral no se desarrolla con igual amplitud o claridad. Además, el hecho de que las lenguas de signos dispongan de varios articuladores permite un grado mayor de simultaneidad en la expresión, en comparación con las lenguas orales.